Para tratar este tema, es necesario separarlo de la Deidad de Cristo; porque siempre terminamos hablando de nuestro Señor Jesucristo, como Dios y lo menos que se mensiona, es sobre la necesidad del Bautismo en agua.
Ahora, nosotros, en el Tabernáculo, creemos en el “bautismo en agua” por inmersión, “en el Nombre del Señor Jesucristo”, que es la Enseñanza apostólica de la Biblia. Y que todos nuestros miembros, o los que vienen al Tabernáculo, que así lo deseen, puedan en cualquier tiempo (que así lo pidan), ser sumergidos, en el Nombre del Señor Jesucristo. Que consulten al pastor; si se han arrepentido, y creído en el Señor Jesucristo, el pastor, tan pronto como sea posible, aun entonces si puede, los bautizará inmediatamente. Esto los trae al compañerismo de los creyentes. Creemos que por el bautismo en agua somos traídos a un compañerismo.
Pero, por el bautismo del Espíritu Santo, somos admitidos como miembros, siendo miembros del Cuerpo de Jesucristo, el cual está por todo el mundo.
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